Mensaje de María Estela Martínez de Perón el 1
de mayo de 1975
Compañeras y compañeros:
No pueden imaginar cómo reboza mi corazón de
emoción, en este momento en que el pueblo, a pesar del día y CON ESTA LLUVIA
HELADA, se hace presente para decir… aquí estamos mi General…
Hoy hace exactamente diez meses que nuestro
conductor pasó a la inmortalidad, y debe sentirse feliz, porque este es el
mejor ramillete de flores que puede ofrecer un pueblo a un líder, vivo o
muerto.
Yo les agradezco a los trabajadores en este
día que es un día de felicidad, es un día de regocijo, porque es el día del
trabajo, al cual yo me uno con lo más ferviente de mi corazón, y les digo:
tengan fe, tengan confianza, porque yo quiero llevarlos PESE A QUIEN LE PESE, Y
CAIGA QUIEN CAIGA, a la felicidad que este pueblo maravilloso se merece, por
ser tan trabajador, bueno y comprensivo, y por amar la libertad y saber que es
correspondido, porque yo les correspondo con lo mejor de mi vida, y si fuera mi
vida necesaria, la daría toda para ustedes, ASÍ MURIERA.
Vuelvo a reiterar lo que ya dije una vez: no
son ustedes los que tienen que darme las gracias, soy yo la que tengo
humildemente que agradecerle a este querido pueblo, por darme esa confianza, y
esa fuerza para seguir adelante A PESAR DE TODAS LAS BARBARIDADES QUE SE DICEN.
Yo digo que cuando un gobernante, un Jefe de
Estado, hombre o mujer, que quiere al pueblo, puede contemplar esta masa
maravillosa, puede agradecer a Dios, por que sabe que a pesar de las
dificultades, paso a paso va cumpliendo e irá cumpliendo cada día mejor, para
que todos puedan ser felices como se lo merecen.
Yo estoy viva, pero no me importaría morir
después de haber contemplado con mis ojos esta confianza, y esta fe que, como
decía Perón, retempla el espíritu para seguir adelante contra todas las cosas
que puedan ponerse en el camino.
Gracias a los compañeros trabajadores que,
como bien dije esta mañana han seguido siempre la línea leal, a través de
tantos años cumpliendo la doctrina y la tercera posición, que nos legó Perón y
que es nuestra meta.
Voy a pedirles ahora un minuto de silencio en
memoria de Perón y Eva Perón.
(silencio)
Perón y Eva Perón estarán siempre presentes en
el corazón de todos, porque con sus obras, y sus sacrificios dejaron con tinta
indeleble grabado en el corazón de su pueblo, todo su amor y todo su
sacrificio.
Quiero agradecer también púbicamente a todas
las mujeres de la Patria, que con su sacrificio también están ayudando en esta
reconstrucción nacional, y especialmente a las madres, a todas las mujeres sin
distinción, a las cuales les agradezco por ser pacientes y compañeras de sus
esposos en esta lucha. También agradezco a todos los hombres por todo lo que
hacen en sus hogares y fuera de ellos, para ayudar en esto… los países se construyen
y reconstruyen con sus hombres equilibradamente con las mujeres, porque como
decía el General Perón, todo en su medida y armoniosamente.
Nosotros Dios mediante, vamos progresando
paulatinamente cada vez más, pero para que eso sea una realidad, necesitamos,
como dije otras veces, ir trabajando y produciendo cada día un poco más para
llevar al país donde corresponde como quería el General.
EN CUANTO AQUELLOS ANTI PATRIAS QUE SE OPONGAN
CON EL CAOS A QUE SEAMOS UNA ARGENTINA POTENCIA, LES DARÉ CON EL LÁTIGO, COMO A
LOS FARISEOS EN EL TEMPLO…
(ovación)
HAY UN LÍMITE PARA LA PACIENCIA, HAY UN LÍMITE
PARA LA COMPRENSIÓN. Y HEMOS TENIDO DEMASIADA PACIENCIA Y DEMASIADA COMPRENSIÓN
PARA AQUÉLLOS… NO LES TENGO MIEDO. EL GENERAL PERÓN DECÍA QUE ALGUNOS TENÍAN
MÁS VERGÜENZA QUE MIEDO, Y OTROS MÁS MIEDO QUE VERGÜENZA.
QUIZÁ YO SEA DE LOS QUE TIENEN MÁS VERGÜENZA
QUE MIEDO, POR ESO DEFIENDO LO QUE TENGO QUE DEFENDER.
Sé que ustedes quieren lo mismo que queremos
nosotros: el gobierno popular; qué haya paz, que haya tranquilidad, que
nuestros hijos puedan ir al colegio con paz, que los obreros puedan ir al
trabajo con sosiego, y que sea una verdadera comunidad organizada donde todos
nos realicemos.
Y NO LES DARÉ NI UN ÁPICE, NI LES DARÉ TREGUA
A AQUELLOS QUE QUIERAN OPONERSE A ESA PAZ Y A ESA TRANQUILIDAD QUE TODOS
ANHELAMOS.
No tengan la menor duda que haré todos los
cambios que sean necesarios, donde sea… El General decía que es mejor persuadir
que obligar, pero yo le digo al General, de aquí, hasta donde se encuentre, que
SI TENGO QUE OBLIGARLOS LOS VOY A OBLIGAR.
Aquí estamos todos sin excepción para servir
al pueblo y a sus instituciones, y EL QUE NO ESTÁ DE ACUERDO, NI TENGA ESTE
SENTIR Y PENSAR, QUE SE LARGUE.
Pero quiero que sepan que siempre les diré la verdad,
porque eso fue lo que me enseñaron: a decir la verdad. Por lo tanto yo no les
vengo a prometer, porque no tengo una varita mágica para resolver los problemas
de hace veinte años de hoy para mañana, pero si les digo que CUMPLIRÉ AL PIE DE
LA LETRA TODOS LOS POSTULADOS DE LA DOCTRINA JUSTICIALISTA, y todo lo que este
pueblo merece como retribución de lealtad.
Yo quisiera hablarle muchas horas, pero mañana
amanecerán todos engripados con este día.
Yo les agradezco profunda y sinceramente, en
que a pesar de este tremendo día de frío estén presentes. Yo los estrecho desde
lo más profundo de mi corazón y vuelvo a decirles que se vayan tranquilos como
en los buenos tiempos, demostrando cómo somos de prudentes y al mismo tiempo
deseándoles toda clase de felicidades. Yo haré todo lo que pueda, y más allá de
mis fuerzas para llevarle la tranquilidad y la felicidad a sus hogares.
Reciban el abrazo cariñoso junto con mi
reconocimiento más profundo y que más les voy a decir, que los quiero con toda
mi alma. Muchas gracias.
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