miércoles, 28 de agosto de 2019

Concertador y de unidad pero también contundente y duro con los enemigos, este discurso de María Estela Martínez de Perón del que se cumplen 45 años




Alocución de la señora Presidente en la Conferencia de Gobernadores el 27 de agosto de 1974


Señores:

Ha sido mi deseo que todos los responsables de la conducción del país, nos reuniéramos para definir y exponer a la Nación cuál será la línea demarcatoria de la futura trayectoria de nuestro Gobierno.
La Nación apunta su proa, con decisión, hacia el futuro. Lo hace buscando salir definitivamente del cono de angustia que las pasiones incontroladas le han ido creando.
Todos hemos aportado nuestra cuota de irresponsabilidad en esta situación caótica.
Hoy - todos juntos- debemos redimir nuestra culpa, brindando lo mejor de nosotros mismos en pro de la grandeza nacional.
Nos corresponde a las autoridades constitucionales, elegidas por la gran mayoría del pueblo argentino, bajo el amparo de la figura patriarcal del General Perón, conducir nuestra Patria hacia un puerto seguro. Debemos obrar con firmeza y honestidad en los procedimientos, pero también con mucha prudencia en los raciocinios.
Quiera Dios que todos nosotros y el pueblo mismo, sepamos aprovechar las lecciones del pasado y recoger de las experiencias vividas con todo el material de cordura y respeto al sufrimiento padecido que nos permita convertir esta tierra de promisión en aquello que nuestros próceres entrevieron en sus sueños de grandeza.


Somos accidentes en la vida de los Pueblos.


Los seres humanos somos accidentes en la vida de los Pueblos, en cambio, las instituciones son eternas. Y tal como lo expresara reiteradamente el General Perón, no debemos olvidar, en nuestra calidad de gobernantes, que al conducir al pueblo estamos conduciendo seres humanos y no máquinas. Hombres y mujeres de carne y hueso que nacen, sufren y mueren, sin que la comunidad que los cobija les haya permitido desarrollar - en muchos casos - su potencial humano.
Hombres que han de ser lo que son y nunca instrumentos de teorías perniciosas y ajenas a nuestro sentir.
Esos millones de seres humanos conforman nuestro Pueblo y son la esencia de nuestra Nación.
Pesa sobre nuestros hombros de gobernantes, la enorme responsabilidad de un legado impostergable. Las páginas de la historia registrarán el resultado de nuestra labor. Seremos los "antes de Perón" y "después de Perón".

Su genio premonitor nos ha dejado una filosofía y una doctrina basada en la justicia social. Nos ha trazado con toda claridad el camino a seguir y su espíritu nos lleva de la mano hacia el destino de grandeza que nuestra Nación merece.


La revolución del General Perón


La gran revolución que el General Perón realizó en forma incruenta, ha demostrado fehacientemente a través de un cuarto de siglo que sus valores son altamente positivos. Esta revolución está en marcha y se cohesiona a través de pautas demasiado sagradas como para que pueda sucumbir, sobre todo si los hombres que han jurado lealtad a su causa mantienen inalterable su esencia doctrinaria, hermanados en un mismo ideal.
Nuestros emblemas son sagrados y también eternos: Dios, la Patria y la Justicia Social.
A Dios lo seguimos en las enseñanzas del Divino Maestro, procurando que todos los hombres amen a su prójimo como a sí mismos.
Deseamos que todos los ciudadanos se unan en ese amor, porque sabemos que l único que construye es el amor. La lucha insensata destruye los valores, los hombres y las instituciones.
Nuestro segundo símbolo es la Patria. Y a esa Patria la queremos servir en todos sus aspectos y trabajar incansablemente por su soberanía, en la unidad de todo el pueblo junto a sus gobernantes.
La Justicia Social debe ser el vehículo que nos permita realizar nuestros ideales. Una Justicia Social que no vaya detrás de meras ambiciones, sino de las reales necesidades del Pueblo.

La Patria es una sola


Para los argentinos, la Patria debe ser una sola, con un solo cerebro y un solo corazón. Y toda ella ha de vibrar integralmente cuando - bajo el estandarte nacional - uno solo de sus hijos sufra en el lugar más apartado la injusticia de los tiempos o de la adversidad.
Solamente así interpreto yo el ser argentino y cristiano. Solamente así seremos grandes en nuestras instituciones y en nuestras tradiciones y en su defensa debemos salir una y mil veces si es necesario.
El desiderátum de la Nación se forjará - Sin lugar a dudas - sobre la Justicia Social, enfocada en una Tercera Posición que no nos conduzca a un individualismo exagerado pero que tampoco incursione en un colectivismo insectificante, puesto que ambas situaciones coartan la libre evolución del ser humano.
Es preciso pensar profundamente en estos problemas, que constituyen la base de nuestro futuro como país desarrollado y soberano.
Debemos legar a la juventud que hoy comienza a actuar, que tiene inquietudes y que simboliza el porvenir de la Patria, una experiencia y una doctrina del Gobierno de la Nación, junto con el consejo de que sigan adelante por las huellas que Perón trazara dado el tiempo y sus resultados, han convalidado las virtudes de su filosofía.
Pero también es necesario recordar que uno de los más importantes postulados de esta Revolución incruenta es la unión de todos los argentinos, porque no deseamos que nuestra bandera sea de disociación sino de unión de todos aquellos que aman nuestra Patria.
Esta es la clave de nuestra potencia como Nación libre y soberana.
La historia nos demuestra que las naciones que olvidan esta unidad de destinos, viven constantemente al borde de la catástrofe.
Debemos considerar a nuestro país como a una gran familia, donde los unos trabajan para dar a los otros aquello que les es necesario y en conjunto para lograr la felicidad de todos, dado que somos hermanos en la Patria.



No ceder ante la violencia


La Nación solamente puede ser grande si todos nos unimos para trabajar por ella. Y para alcanzar esta meta no es necesario recurrir a teorías extrañas a nuestra idiosincrasia, ni dejarse avasallar por los que pretenden imponerse mediante la violencia o la fuerza.
Para que la Argentina sea políticamente libre y socialmente justa, nos basta con obrar simplemente como argentinos.
Nuestro futuro está decidido y definido. Está decidido, porque no habrá fuerza capaz de detener esta filosofía de Justicia Social cristiana, que se desarrolló en el país erradicando la miseria moral y materia de millones de argentinos.
Nuestros niños vuelven a sonreír y nuestros ancianos a sentir el consuelo de la esperanza.
Está definido, porque nuestro Gobierno tiene fijados objetivos precisos, que habremos de alcanzar en la medida en que todos nos esforcemos.
Argentina es una tierra de paz, que tiene el corazón y los brazos abiertos a todos los hombres de buena voluntad que sepan respetar a su Dios, a sus instituciones, a sus leyes y a sus tradiciones.
Quiera Dios iluminar a los que tenemos el honor y la responsabilidad de conducirla y concedernos - como a los próceres de nuestra emancipación - la entereza necesaria para resistir los embates que se desatan sobre los pueblos, cuando es necesario cercenar privilegios para asegurar el bienestar de la ciudadanía.
Trazada la línea de conducta que adoptaremos en nuestra función como Poder Ejecutivo Nacional requeriremos de los señores Gobernadores la estrecha unidad y amplia colaboración, reafirmando los conceptos del Acta de Seguridad suscripta durante la gestión del Presidente Provisional Lastiri y después con el Presidente Perón.
El Gobierno del Pueblo cumplimentando los postulados de su doctrina justicialista, otorgó a las Provincias Argentinas un importante apoyo en todos los órdenes, reparando así en parte el olvido que durante muchos años sufrieron los pueblos del interior.
Y hacemos constar que ello se realizó, a pesar de las grandes dificultades financieras que agobiaban al país.



Apoyo a las provincias


Asimismo, nuestro Plan Trienal contempla el amplio desarrollo de cada una de las provincias, relativizando el sentido de afincamiento en la Patria chica y desterrando la apatía de un porvenir incierto que el pasado deparaba a los hombres y mujeres del interior del país.
Mucho se ha realizado y mucho nos queda por realizar. Pero para que ello ocurra en paz y en orden, es necesario que los hombres que dirigen las Provincias sean capaces de deponer pequeñas intolerancias personales que perturban la marcha de la Nación, dando elementos de crítica a quienes vigilan nuestras actuaciones esperando el desgaste de la lucha inoperante entre hermanos de un mismo ideal.
El General Perón posibilitó a cada uno de nosotros el hallarnos ocupando un puesto de relevancia. La mejor manera de honrar su memoria es cumplir exactamente todo cuanto nos legó, sin artimañas políticas, ni cesiones a infiltraciones que no concuerdan con nuestra tradición.
Nadie debe llamarse a engaño. Soy una mujer que ejerce la más alta magistratura del país, con toda la responsabilidad que el cargo impone y con toda la amplitud que el juramento de práctica exige, pero también soy la mujer del General Perón, que lleva dentro de sí la fuerza del sacrificio de sus muchos años de exilio y que no permitirá que ninguna d sus patrióticas banderas sea mancillada.



Tres llamas me alimentan


Llevo sobre mí tres llamas que alimentan mi vida: la pasión abrasadora de la tarea de Eva Perón, la visión universal del General Perón y algo que vibra profundamente en mi ser: el apoyo comprensivo del pueblo argentino que espera ver cumplidos sus anhelos de paz y felicidad.
Y no hay duda que Dios fortalece a quienes sirven a sus hijos en la humanidad.
Así me fue posible sobrellevar el doloroso trance del paso a la inmortalidad del Jefe de Estado, retomando el sendero trazado por él; he tenido la enorme satisfacción de otorgar las primeras jubilaciones a los trabajadores rurales; impulsar la creación de más de 500 centros comunitarios para nuestros aborígenes, resolver el pleito mendocino, argentinizar los canales de televisión, efectuar los relevos necesarios dl Gabinete Nacional, suscribir 23 convenios para radicar industrias en el interior del país, crear las mesas de trabajo para solucionar problemas de desabastecimiento y hace tan sólo unos días, cumplir con un viejo anhelo de todos los argentinos la nacionalización de las bocas de expendio del petróleo nacional.
Con esta reseña deseo reafirmar mi propósito - en mi carácter de gobernante - de conducir el país con mano firme, sin prisas pero sin pausas, sin apartarme de la línea trazada por el General Perón.
Quienes deseen honrar su memoria deben permanecer unidos y solidarios con el pensamiento puesto en el sueño de nuestro Líder: la concreción de una Argentina grande, donde cada ciudadano tenga todos los derechos y todas las obligaciones, dentro de una feliz comunidad organizada.
Y con estas claras premisas, estamos en condiciones de afirmar que el derrotero a seguir por nuestro Gobierno, en cada una de las áreas del Poder Ejecutivo puede sintetizarse de la siguiente manera:
En lo referente a nuestra política interna mantendremos abierto el diálogo con todas las fuerzas representativas del país, buscando su valiosa cooperación y trabajando conjuntamente - por encima de los intereses partidarios o personales - en la planificación del futuro nacional.
Seguiremos las premisas adoptadas en la convocatoria del General Perón el 20 de noviembre, en el "Nino" de Vicente López, donde en histórica asamblea multipartidaria se unificaron las diversas corrientes políticas del país, encarando con absoluto patriotismo la defensa de la Constitución Nacional y la Soberanía impostergable de la Patria.
Allí los hombres más prominentes de la esfera nacional, coincidieron en las pautas de la Justicia Social que Perón proclamara durante treinta años, sin por ello renunciar a sus propias convicciones ideológicas. Tal vez no apoyaban el mecanismo, sino vivían plenamente la angustia de un futuro incierto.
Ello mereció la aprobación de todo el Pueblo Argentino, reflejando en las urnas un resultado de características plebiscitarias para el Frente Justicialista de Liberación.
El tiempo ha demostrado que el sacrificio personal de cada uno de los miembros integrantes de la histórica reunión de Vicente López no ha sido en vano y justo es rendir hoy - mas allá de la partida del creador de la Unidad Nacional en base a coincidencias programáticas - el más sincero reconocimiento a quienes figurarán en la historia de la Patria como forjadores del futuro nacional.


Los tres poderes del Estado.


Con referencia a nuestros legisladores, hemos observado su intenso accionar. Respetamos profundamente el ejercicio de sus atribuciones legales, pero consideramos que la independencia de poderes que consagra la Constitución Nacional no debe ser interpretada como inspirada en un férreo aislacionismo, puesto que esos poderes se encuentran fundidos e identificados en la entraña misma del Estado, máxime si el origen de su conformación está concebido en el llamado a convocatoria del General Perón, al que hacemos mención.
Considerar la independencia de los legisladores del FREJULI como una separación o una interrupción en el cuerpo vivo del complejo estatal - a la manera de compartimentos estancos - sería caer en un serio anacronismo que sólo podría considerarse como una rémora de sistemas perimidos y antinacionales.
Hay entre los poderes del Estado una directa y activa comunicación que día a día - a medida que la identificación se realiza - va vivificando el cuerpo de la Nación, enriqueciendo su contenido doctrinario y legal, con hondo concepto humano del postulado justicialista que hace del Pueblo el valor supremo de la nacionalidad.
En lo que se refiere a las relaciones internacionales han bastado tan sólo unos meses de Gobierno para que las semillas sembradas en los más apartados países del mundo, bajo la dirección del General Perón, rindieran una cosecha abundante en amigos leales, cuyos mercados de consumo han abierto de par en par sus puertas al comercio y la exportación.
Hoy son más de 3 mil millones de compradores que anhelan nuestra amistad y nuestra producción.


Unidad del continente


Nuestra línea será siempre la de bregar ardientemente por una real e integral soberanía de la Nación, cumpliendo fielmente el mandato imperativo de nuestra tradición histórica y concretando una firme y leal unidad del Continente Latinoamericano, basada en el respeto mutuo y en el correcto cumplimiento de los compromisos internacionales.
La amplitud de la amistad y generosidad de nuestras relaciones internacionales está exenta de prejuicios ideológicos, pero está basada en el total respeto a nuestra soberanía y en el trato recíproco cordial. Como dice el refrán español: "Cada uno en su casa y Dios en la de todos".
No exportamos ideologías a nadie, ni aceptamos la importación de corrientes que no sean afines con nuestro sentir nacional.
En lo cultural, si bien anhelamos transitar por la senda evolutiva de los conocimientos modernos, no aceptamos la perturbación de nuestra juventud, compulsada hacia cauces destructivos y alejada de la cristiana unidad familiar, como excusa para la infiltración de ideologías foráneas que alteran la organización del Estado buscando el desgaste de quienes patrióticamente luchan por la grandeza del país.
Es verdad que el mundo ha de estructurarse sobre nuevas formas de convivencia, con un nuevo contenido político, económico y social pero también es verdad que los argentinos poseemos tradición, estilo y cultura avanzada que - desembocando en la Justicia Social - despeja la incógnita que se plantean tanto los "apresurados como los retardatarios".
Recuerdo que el General Perón decía con su natural sabiduría: "No hay país que pueda ser grande, si no tienen grandeza quienes lo forjan y acendran el temple y el alma de su juventud"
El desencanto de la no realización que padecen muchos jóvenes del presente es el resultado de siglos de guerras militares, económicas, sociales, psicológicas y laborales, donde constantes presiones y estados familiares de permanente angustia han sembrado la anulación de la Fe.
Es un pasado que solo nos transmite obras de arte de seres privilegiados que - en su tiempo - han sabido aislarse del conjunto comunitario.
Es en el período de la vida estudiantil, cuando el alma comienza a exteriorizarse, junto con su capacidad receptiva. Ese es el momento de estudiar sus inclinaciones y guiarlos por senderos de grandeza, con visión de futuro, respetando a los demás, para respetarse a sí mismo.
Cada maestro y cada padre de familia debe revisar sus propias normas de conducta y de vida. La trayectoria de un ser nacido de su sangre o de su sabiduría es algo tan valioso que perderlo en las sombras del vicio, la violencia o la soledad en medio de la multitud, es grave ofensa a los derechos humanos.


La riqueza es su potencial humano.


En lo que refiere a lo económico mantenemos la concepción de que - En un estado moderno - nadie puede creer que la riqueza de un  país puede hallarse representada por su stock de divisas o por el oro acumulado en cajas de caudales.
La riqueza de un país depende de su potencial humano con un alto grado de capacitación, organización, espíritu de iniciativa y alto rendimiento de trabajo, dentro de condiciones dignas y de salarios también dignos.
Depende de la extensión y fertilidad de su suelo, de su producción y de las reservas de materia prima y energía; de sus plantas industriales; de su tecnicismo y del desarrollo de su investigación técnico - científica; de sus redes viales y elementos de transporte que permitan la fácil distribución del potencial agrícola - ganadero e industrial; también depende en mucho de la honestidad del comercio, sensible a las necesidades de los más humildes.
Agreguemos a todo esto una buena organización de crédito, de modo que las finanzas den agilidad al sistema, dentro de un clima de Justicia Social, en un ambiente pleno de solidaridad.
Nuestro Gobierno ha heredado cargas muy pesadas del pasado que poco a poco vamos solucionando con la ayuda de todos. La comprensión de trabajadores y empresarios ha permitido - mediante el Pacto Social. concretar con bases firmes el Plan Trienal, que al irse desarrollando posibilitará que en todos los estamentos del país reine la paz y la tranquilidad.
Tal como dijéramos anteriormente, la apertura de mercados en todo el orbe, nos ha otorgado - además de prestigio internacional - posibilidades insospechadas para la futura grandeza de la Patria.
Europa, Asia, Medio Oriente, África y los países socialistas - además de nuestro propio continente - saben hoy que la industria y técnicas argentinas se hallan en un estado de alta capacidad.
Hemos dejado de ser el país de las pampas llenas de ganado y de gauchos analfabetos, tal como lo quería una hábil propaganda interesada.


El trabajo es la unidad político - social


En lo referente al trabajo, mantendremos los preceptos de nuestro Líder cuando nos indica: "Nosotros hemos tomado como unidad política, como unidad social y como unidad económica e ideológica el trabajo, porque es el único objetivo que nos puede conducir al éxito"
Desde el advenimiento del Gobierno Justicialista, los trabajadores argentinos han logrado obtener conquistas de inmenso valor.
Luego debieron defenderlas durante la adversidad. Hoy retorna la luz a su camino y el Gobierno del Pueblo no olvidará su lealtad ni desconocerá su derecho inalienable a una vida digna y feliz.
Un trabajador es nuestro Ministro de Trabajo y está visto que - tanto ayer como hoy - los obreros dignifican con su presencia el importante cargo que ocupan.
Aquellos derechos del trabajador que fueran el orgullo de la Constitución Justicialista del '49, viven plenamente en mi espíritu, alentados por el recuerdo del General Perón y los trabajadores del país pueden tener la plena seguridad de que no me apartaré de la senda trazada.
En lo que respecta a la justicia, estamos procediendo a normalizar sus estratos, buscando integrarla con jueces idóneos, listos para cumplir su delicada función con honradez y ecuanimidad.
Los valores tradicionales de nuestra Justicia retornarán renovados en sentimientos de solidaridad social - realista y humana - tal como todo hombre de bien desea. El apresuramiento por crear y revocar disposiciones legales ha permitido aflorar vicios y situaciones de violencia que deben volver a su cauce natural.
Gracias a Dios contamos con hombres dignos y probos, capaces de colocar al Poder Judicial en el sitio de honor que siempre tuvo en la esfera nacional.

Si nos referimos a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, solamente podemos decir que la Defensa Nacional está plenamente asegurada, que los hombres que la integran han dado evidentes pruebas de un alto grado de patriotismo y profesionalismo.
En la actualidad, la integración del Pueblo y Ejército se ha puesto de manifiesto a través de la acción cívico -militar, en combinación con los diferentes ministerios, especialmente con el de Bienestar Social, en sus operativos de erradicación de villas de emergencia, o en los apartados confines de nuestro territorio, cuando las catástrofes naturales hacen necesaria la presencia de personal especializado y de medios adecuados para solucionar los angustiosos problemas.

La vida constitucional del país está hoy como nunca asegurada por la fidelidad y el respaldo de nuestras Fuerzas Armadas. Así lo han expresado en todas las oportunidades que se han presentado, por medio de la voz autorizada de sus Comandantes Generales.
En lo social, durante todo el transcurso de nuestra gestión como Gobierno del Pueblo, hemos reanimado la vida de todos los sectores de la población, concretando innúmeras aspiraciones postergadas durante largos años. Los niños, los ancianos, los inválidos, los desposeídos y todos aquellos que han requerido la ayuda del Gobierno, han obtenido una rápida respuesta.
Los hechos y las obras marcan mejor que las palabras la intensidad del trabajo efectuado. Sabemos que queda mucho por hacer pero no cejaremos en nuestro empeño hasta que todo el pueblo sonría seguro y feliz.
Solo me queda referirme a los ataques de los enemigos embozados que actúan unidos en dos frentes antinacionales.
Perón los definió claramente y sus palabras son demasiado elocuentes como para que yo abunde en consideraciones.



El Pueblo sabe quién es el enemigo


Todo el pueblo sabe muy bien quién es el enemigo.
De nuestro lado está la firmeza lograd en años de lucha, la claridad de la doctrina de Perón, el sacrificio de amor de Eva Perón, la esperanza y la Fe de todo un Pueblo.
De nuestro lado está la Patria. La Patria con mayúscula, grande, amplia y generosa como su extensión territorial.
De nuestro lado están los símbolos patrios, con su enseña azul y blanca, limpia de toda mancha infamante y con un sol que ilumina el sendero con grandeza, por encima de la pequeñez de quienes con violencia, drogas, perjurio o prebendas, entregan al enemigo foráneo los valores que sus progenitores conquistaron con sacrificio durante una larga vida de trabajo.
Además de la violencia y el asesinato cobarde y mercenario existe una enorme cantidad de rumores que se esparcen como el agua del río al salirse de su cauce.
Se ataca a los hombres del Gobierno que mas trabajan por la felicidad y prosperidad de la Nación, creyendo que el pueblo puede engañarse.
No deseo extenderme sobre el tema, solamente quiero cerrar mi exposición con unas palabras del Libertador General San Martín.
Al emitir su proclama del 22 de julio de 1820, desde el Cuartel General de Valparaíso, dirigida a los "habitantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata", dijo así:
"... En fin, a nombre de vuestros propios intereses, os ruego que aprendáis a distinguir los que trabajan por vuestra salud, de los que meditan vuestra ruina; no os expongáis a que los hombres de bien os abandonen al consejo de los ambiciosos; la firmeza de las almas virtuosas no llega hasta el extremo de sufrir que los malvados sean puestos a nivel de ellas; y desgraciado el pueblo donde se forma impunemente tan escandaloso paralelo"
Palabras eternas del Gran Capitán, siempre vigentes.
Hoy, como entonces, nuestra amada Patria vive horas de transformación y de prueba.
Cada uno de los argentinos debemos estrechar filas en torno a nuestra bandera nacional para defenderla y ampararla, aún a costa de nuestra propia vida.
¡Quiera Dios iluminarnos y darnos fuerza para lograr la grandeza nacional!
Muchas gracias.

1 comentario:

  1. VIVA LA SRA. ISABEL PERÓN..!!!. UN EJEMPLO DE AMOR POR LA PATRIA Y POR SUS COMPATRIOTAS....!!!. GRACIAS QUERIDA ISABEL, GRACIAS QUERIDOS COMPAÑEROS...!!!.

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